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El caos en la carretera

 El término Black Friday empezó a usarse tras el caos que se estaba produciendo en las calles de la vía pública a causa de las rebajas. Este año debido a la situación con el COVID-19, ese caos se ha trasladado a las carreteras. Algo que ya venía de otros años como cuenta la Subcomisaría del Área de Tráfico y Movilidad de la Policía Local de Vitoria-Gasteiz, y es que en 2015 se tuvieron que empezar a tomar medidas a causa del tráfico que había: “fue preciso establecer un servicio policial especial de regulación del tráfico en los aledaños de la zona comercial del centro de la ciudad y del centro comercial”, y añade que “ya se consideraba la fecha del Black Friday como una de las más fuertes del año, superando incluso los periodos navideños y de rebajas, con horarios punta de 12:00 a 15:00 horas y de 19:00 a 22:00 horas”. Remy Gutiérrez, repartidor de la compañía Sending, compara el desborde de pedidos del Black Friday con el que hubo en el inicio del confinamiento de marzo: “cuando nos confinaron en marzo trabajamos tanto como este Black Friday con los envíos a domicilio”.

 

"Cuando nos confinaron en marzo trabajamos tanto como este Black Friday con los envíos a domicilio", explica Remy Gutiérrez 


 

 La Subcomisaría del Área de Tráfico cuenta cómo en ciertos momentos de esas horas punta se llegaron a recibir quejas de usuarios de un parking subterráneo, porque debido al exceso de tráfico en su interior, generaba tal atasco que se llegó a acumular una importante cantidad de humo procedente de los tubos de escape de los vehículos. ¿Hacer compras online reduciría este tipo de problemas? Hay un dilema de si las comprar online reducen la repercusión de carácter medioambiental debido al consumo de carbono. Esquiu asegura que “en el caso concreto del Black Friday, se puede destacar el uso de vehículos para acudir a los centros comerciales”, pero no se tiene en cuenta que para los envíos a casa también se necesitan vehículos. Gutiérrez admite que “la contaminación no la mira nadie, nuestras furgonetas echan un humo a causa de unas partículas que necesita el vehículo y eso beneficioso para el medio ambiente no es”. Aunque confirma que “están empezando a llegar furgonetas que vienen preparadas para consumir y contaminar lo menos posible, pero no todos pueden permitirse el lujo de tener esas furgonetas”.

Además de ropa, en esta campaña también se realiza la compra de otros productos. Pero hay que dejar claro que cada objeto que se compra, cada decisión sobre la forma de transportarlo, tiene un impacto sobre el balance global de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que cualquiera de estas actividades; su cultivo, fabricación, embalaje y transporte han requerido una determinada cantidad de energía y materia prima. Además, se han generado residuos que conllevan, a su vez, una cierta cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero y otros compuestos químicos.

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